domingo, 5 de junio de 2011

Cuando los productores destrozan una serie

Está comprobado que en el mundo de la televisión aunque la serie que realices tenga un perfecto y depurado guión, si los mandamases dicen que eso no les gusta y quieren que eso se haga de una determinada manera se va a acabar haciendo y, en muchas ocasiones, con resultados desastrosos. Es el caso de Twin Peaks, la producción que ABC emitió en dos temporadas los años 1990 y 1991. David Lynch, el guionista de tan afamada obra, realizó uno de los trabajos más impecables en cuanto a guión que se han podido hacer en la historia con una trama de suspense y misterio por descubrir quién mató a una joven de un pueblo del noreste de Washington.

El guión era un engranaje perfecto hasta que entró en escena la cadena ABC, que obligó a Lynch a desvelar quién era el asesino de Laura Palmer en el capítulo 14 de la segunda temporada (teniendo ésta un total de 22 episodios). Sin embargo, el guionista de Montana no se rindió y, pese a que la audiencia bajó estrepitosamente tras descubrirse el misterio (muy inteligente por parte de los señores productores), él dio fin a la serie con uno de los episodios más complejos e increíbles que he visto nunca.

Con tan sólo 30 capítulos a sus espaldas, Twin Peaks consiguió un importante número de seguidores que permitieron la producción de una película (Twin Peaks: Fire Walk With Me)y la redacción de tres libros (The Autobiography of F.B.I. Special Agent Dale Cooper: My life, My tapes; The Secret Diary of Laura Palmer y Twin Peaks: An Access Guide to the Town), amén de ser galardonada con el Globo de Oro a la mejor serie dramática. Esto habla muy bien de lo que fue una serie muy bien llevada pero que se quedó a medio camino de la excelencia por la incompetencia de una cadena.

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