jueves, 2 de junio de 2011

Ni el dibujo ni el ordenador: la plastilina

En la década de los noventa, cuando la animación pareció reinventarse gracias a los ordenadores, muchos productores decidieron innovar y probar cosas que antes no se habían hecho. Con la plastilina daban forma a unos personajes llenos de energía y transformaban un juguete de niños en maravillosas obras de arte. Mr. Bogus es el claro ejemplo de la plastilina hecha dibujos animados. Mediante la técnica del stop-motion, es decir, fotografiar en infinidad de ocasiones a los personajes en cada movimiento que hagan y después pasar esas fotografías rápidamente en la pantalla, provocaban en el espectador el asombro y hacía recordar a estos el inicio de los dibujos animados y las películas de animación.

Mr. Sugus era un ser amarillo que apenas hablaba y que siempre iba sin camiseta pero con unos pantalones azules, vamos, al estilo Hulk pero sin ese torso tan tonificado. Las aventuras de éste siempre discurrían en la cocina de un hogar con objetos comunes, es decir, el productor se podía sacar la historia de la chistera con una cuchara y un tenedor. Pero bien, este no es el tema. Lo realmente impactante era que Peter Keefe (productor y guionista de la serie) supo intercalar perfectamente el género de la animación por ordenador y la técnica del stop-motion, pues en todos los capítulos hacía malabares con las dos disciplinas. La única pega es que el tiempo en el que muestra al personaje con la técnica de la plastilina no excedía de medio minuto, a muchos se nos hacía corto. Para muestra, un botón:



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