
Como ha habido tres ramificaciones de la misma serie (CSI Las Vegas, CSI Miami y CSI New York), hablaré de las tres. Siendo sinceros, es imposible hablar de Horatio sin nombrar a Mac o al mismísimo Grissom, ya que todo va entrando en un círculo vicioso del que es muy difícil salir. La repetición, al igual que pasaba con Entre Fantasmas, sobrepasa límites insospechados, es por esto que la serie recoja en esta temporada número 11 sus peores registros de audiencia (13 millones y medio de espectadores en todo Esados Unidos).
Podemos comenzar preguntándonos cuál es realmente el trabajo de estos "jefes" del departamento criminológico. Llegan a las pruebas del crimen, las recogen y les encarga a todo su equipo su análisis, es decir, que trabajan menos que los Reyes Magos. Ellos "enmarronan" a los demás y se lavan las manos. Ya les vale.
El procedimiento de la serie es siempre el mismo y, como ya sabéis, no lo soporto. Lo increíble es que con 11 temporadas haciendo lo mismo (menos mal que tuvieron la decencia de cambiar a los protagonistas) hubiera gente todavía que les siguiera el rollo a esta gente.
Muchos de vosotros, por no decir todos, habréis visto un capítulo de esta serie, por lo que no vería mucho sentido explicar la dinámica de esta producción. Lo que en sus inicios impactó a los telespectadores, ahora les aburre. Señores guionistas, hagan algo por favor. ¿Qué oscuras intenciones tendrán con repetir siempre lo mismo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario