
Estos dibujos empezaron a producirse en blanco y negro en el año 1930, aunque a partir de 1943 pasaron a Tecnicolor. Son unos dibujos no exentos de polémica, pues la Warner se vio obligada a retirar 11 episodios que se emitieron durante la Segunda Guerra Mundial que contenían fuertes estereotipos raciales de alemanes, italianos, japoneses y judíos. A este grupo de caricaturas se las conoce con el nombre de Censored Eleven, que verán la luz durante el presente año en formato DVD tras 43 años a la sombra (fueron retiradas en 1968).
Bugs Bunny era un tipo que caía bien, no sé si era porque le hacía la vida imposible a quienes intentaban cazarle o por sus ingeniosos comentarios, pero lo cierto es que guardo muy buenos recuerdos de él. La primera película que tuve en VHS contaba con el conejo como protagonista y hacía frente a una caída en picado de un avión. En esa ocasión consiguió hacer frente a las adversidades moviendo sus orejas de forma muy rápida. Esto le permitió volar y escapar del peligro. Todo lo contrario sucedía con el Pato Lucas, una fanfarrona, egocéntrica y estúpida ave que utilizaba su astucia para aprovecharse de los demás de una manera rastrera. ¡A la hoguera con él! No me caía nada bien.
En cuanto al Coyote y al Correcaminos les guardo un cariño muy especial porque adoraba sus aventuras y los intentos frustrados del Coyote por comerse al rápido y escurridizo bichejo. La marca ACME es muy habitual verla en estas caricaturas, pues todos los productos empleados por el desnutrido animal para dar caza al Correcaminos llevan su sello.
Podría pasarme la tarde y parte de la noche comentando y comentando sobre la variedad de personajes que habitan en los Looney Tunes, pero no os aburro más. Quien no haya visto esta serie vivirá bajo pecado mortal hasta su visionado, avisados estáis.