Tras ver en la entrega de la semana pasada el principal festival de series de animación para adultos de los Estados Unidos, hoy vamos a poder conversar un rato sobre una producción de la que no guardo buenos recuerdos en mi infancia, seguramente porque no entendía de lo que hablaban, no llegaba a comprender por qué un perro chihuahua y un gato no podían ser como el pato Donald y el ratón Mickey, es decir, unos dibujos típicos para los niños, con su música alegre y sus historias simples. Ren & Stimpy es una serie en la que los capítulos carecen de sentido alguno, igual los 10 minutos que dura cada episodio los personajes se centran en relatar el dolor de muelas de uno de ellos con sus respectivas bromas grotescas habitualmente fuera de tono. Pero así son estos "dibujos", si a esto le sumas su timbartonesca apariencia nos encontramos con una serie que tuvo gran apoyo por parte de los televidentes.
Con 6 temporadas de emisión a sus espaldas gracias a la cadena de pago Nickelodeon, esta producción está considerada una serie de culto debido al gran número de seguidores que tiene desde su cancelación en 1996 por baja audiencia infantil. Su gran público lo conformaron adolescentes y personas adultas, de ahí que en el año 2003 se estrenara Ren y Stimpy "Sólo para adultos", que duró 1 temporada en la pequeña pantalla. Actuamente se puede seguir por el canal musical MTV.
Pero como toda buena serie de animación para adultos estuvo sujeta a una gran controversia. La serie tenía un humor que rozaba el mal gusto en algunos casos (cabe recordar que hay un personaje llamado Olorín, que no es más que un gas instestinal de uno de los protagonistas), esto sumado a los continuos mensajes que incitan a la violencia provocaron que los críticos fueran al cuello de los guionistas. Además, algunos personajes como George Licor America provocaron la indignación de cientos de personas, que no podían consentir como un productor canadiense (John Kricfakusi) representara al ciudadano medio americano como una persona patriótica hasta la médula que sólo comía comida basura y que se tragaba todo lo que hicieran en la televisión por malo que fuera.
Yo sigo sin verle la gracia a esta serie. No toda crítica a un sistema tiene que realizarse con un humor fácil y grotesco propio del sistema al que criticas. Aunque visto de esta manera todo me cuadra. Creo que voy a visionar algunos episodios.
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