En el año 2005 la FOX se llenó de la palabra karma con una producción que revolucionó el mercado estadounidense de las comedias de situación. Durante cuatro temporadas Me llamo Earl (My name is Earl)fue un referente para el tan difícil pero prolífico género del humor, con sus situaciones disparatadas y sus personajes tan bien caracterizados.
Earl (Jason Lee) es un hombre que vive una vida cargada de malas acciones siendo un delincuente de poca monta. Un día consigue ganar un gran premio en la lotería con un boleto que había comprado con dinero robado. Pero cuando va se dispone a cobrar la sustanciosa cuantía pierde el boleto al ser atropellado por un coche. Estando ingresado Earl en el hospital, su mujer Joy (Jaime Pressly), una mujer con tintes barriobajeros y con unos conjuntos de ropa bastante provocativos, se divorcia de él. Este cúmulo de despropósitos hace recapacitar a Earl, quien ve en un programa de televisión que quizá las desgracias que le están pasando sean fruto del karma, que se está vengando por todos los actos delictivos que ha realizado durante toda su vida.
Es entonces cuando acompañado de su hermano Randy (Ethan Suplee) comienza su aventura. Elabora una lista con todas las malas acciones que ha hecho y trata de ayudar a esas personas en algo para así restablecer la armonía entre él y el karma. Así comienza una serie que llegó a enganchar a muchas personas pero por culpa de la audiencia de su última temporada obligó a la FOX a cancelarla. Eso sí, una vez hubo ganado Marc Buckland un Emmy al mejor director de serie cómica en el año 2006.
Me encantaba esta serie, Earl y Randy hacían una extraña pareja que producía situaciones disparatadas debido a que eran polos completamente opuestos. Earl, un ex-delincuente y Randy una persona muy ingenua con un comportamiento infantil en muchas ocasiones.
Esta serie tiene sus días, mejoraría mi opinión sobre ella si Neox se dignara a emitir sus capítulos en orden y no como sople el viento
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